domingo, 13 de mayo de 2007

DECIMOCUARTA FECHA CLAUSURA 2007


 Con el horizonte esclarecido por el empate entre el líder San Lorenzo y River, y el de Estudiantes con Vélez, Boca cerraba la 14ª fecha del Clausura ante Arsenal, en La Bombonera, con la posibilidad de quedar a sólo un punto de la cima. Debido al desgaste provocado por la seguidilla de partidos, incluidos los choques coperos frente a Vélez, Miguel Angel Russo hacía una mini rotación: Bertolo por Banega, en el medio, y Marioni por Palacio, adelante. Igualmente, el Xeneize no la tenía nada fácil. Se topaba con el durísimo equipo de Alfaro, que sólo había perdido una vez (2-1 con River) como visitante en el torneo y llegaba en plena lucha por clasificarse a la próxima Libertadores.

De entrada, la iniciativa fue de Boca. A base de presión, actitud y con las líneas bien adelantadas, fue decididamente a buscar el arco de Cuenca. Los de Sarandí, mientras tanto, esperaban en su campo. Ordenados. Para la visita, cualquier idea ofensiva se relacionaba directamente con un contraataque. Dentro de esta tendencia, las situaciones de gol eran todas del local. Bertolo cabeceó desviado, aunque por poco, un envío de Riquelme. Cuenca controló sin problemas un remate de Cardozo. Y enseguida, Marioni prueba con un centro de zurda desde la derecha, que se cierra y casi complica al uno del Arse.

Al promediar la etapa inicial, el ritmo del trámite decayó. Más disputa que buen juego, tranco cansino y altísima escasez de ideas conformaron un cóctel que llevó, inevitablemente, al aburrimiento. De todas formas, Boca seguía siendo más incisivo. Y pudo abrir el marcador con un tiro libre bajo de Riquelme, pero Cuenca rechazó. Al ratito tuvo otra. Cardozo tiró un centro desde la derecha y Marioni se pasó. Después, la sacó Gandolfi. Enfrente, los intentos de ataque eran demasiado tibios. Recién a once del descanso hubo una chance para Arsenal. Raymonda mandó la pelota al área y Obolo no alcanzó a conectar. Caranta se confió y casi se le mete en su palo izquierdo.

Entretiempo, entonces. Poco, en la primera parte. Y de cara los 45 finales, el interrogante apuntaba a Boca. ¿Sentiría el esfuerzo hecho el último miércoles en Liniers?

No dio esa sensación, al menos en el comienzo. Porque el Xeneize mantuvo la posición de protagonista y fue a buscar el triunfo. Antes del minuto, Cardozo remató con cara interna desde la izquierda, luego de un pase de Riquelme. Por arriba. Y a los dos, todo cambió de repente. Figueroa envió un tiro libre pasado al área desde la izquierda, San Martín la bajó, de cabeza, hacia el medio y Ledesma no pudo rechazar. La bola quedó boyando y Casteglione no titubeó: se acomodó y ajustició a Caranta. 1-0 y sorpresa en La Bombonera.

Inesperadamente, Boca se complicaba y la historia era otra. Arsenal, bien parado, tenía cada vez más espacios y jugaba con la desesperación del local. Palermo estuvo a punto de aumentar, de arriba. Cabeceó un centro de Bertolo y reventó el travesaño. En la respuesta, Raymonda quedó mano a mano con Caranta, por izquierda, y definió al primer palo. Afuera. Russo movió el banco. Mandó a la cancha a Palacio y Banega, habituales titulares, en lugar de Marioni y Bertolo.

A los tumbos, como podía, Boca iba por el empate. Clemente Rodríguez subía reiteradamente por izquierda, Palacio aparecía por todos lados, Riquelme se convertía en la manija de los suyos. Y tanto fue el Xeneize, que pudo alcanzar la paridad en el resultado. Restaba un cuarto de hora para el final. Palacio encaró por derecha, frenó y tocó atrás. Ledesma la tiró al área, de primera, y Riquelme, solo, metió un cabezazo bárbaro a la red. Arriba, a la izquierda de Cuenca. Nada pudo hacer el arquero para evitar el 1-1. Las cosas estaban como al principio y quedaban quince minutos de película.

Hacia el cierre del partido, los dirigidos por Alfaro tomaron una postura algo más defensiva. Aferrados al punto, se dedicaron a esperar. Abroquelados en el fondo, aunque sin perder prolijidad en la disposición táctica, apostaron a aguantar la igualdad y, a lo sumo, lastimar de contra. Sufrió un poco, es cierto. Boca tuvo dos clarísimas. Dátolo, solo en el área, estrelló un testazo en el travesaño. Y en la última, Riquelme no pudo definir luego de una serie de rebotes.

No dio para más y el tren terminó pasando también para el equipo de Russo. Todo sigue igual en el Clausura. El Xeneize dejó ir una oportunidad inmejorable para acortar la distancia que lo separa de San Lorenzo, gran ganador de la fecha.

CLAUSURA 2007
FECHA 14
DOMINGO 13 DE MAYO DE 2007



BOCA 1
Juan Román Riquelme

ARSENAL 1
Carlos Casteglione

 
el equipo está para cosas grandes!

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