viernes, 9 de noviembre de 2007

COPA SUDAMERICANA 07 SEMIFINALES


En la noche de Sarandí, las obligaciones no estaban marcadas por la lógica de la localía, como suele ocurrir en un caso como este, por las semifinales de la Copa Sudamericana. Por historia, presente y nombres, la presión era prácticamente toda de River, que debía alcanzar un nivel máxima de concentración para paliar la fortaleza de un Arsenal que llegaba con el ánimo por las nubes. En el local resaltaban la ausencia de San Martín, lesionado, y la delantera conformada por Calderón y Biagini. En el Millo, Nasuti y Gerlo en la zaga central; Domingo por Augusto Fernández; y Ruben como compañero de Falcao, arriba. El Viaducto se vestía de fiesta para atestiguar un choque muy esperado camino a la final.

La iniciativa fue del equipo de Passarella. Con mucha movilidad en el medio, la participación activa de Ortega y el control de las acciones en defensa, sin pasar sobresaltos, se paró en campo rival y empezó a dominar. También era importante la presión en sectores puntuales, aunque por otro lado se evidenciaba cierta fragilidad en las inmediaciones del arco de Carrizo. Dentro de ese panorama, la pelota comenzó a acercarse a Cuenca y compañía. Primero, con un desborde por derecha que Ruben no logró conectar. Después, en un intento de Belluschi a colocar, desviado. Y por último, Falcao tampoco pudo empujarla luego de un gran pase de Ortega y el toque de Ruben. El Burrito era el jugador más gravitante de la cancha.

Con el correr de los minutos, los espacios fueron cerrándose para ambos y Arsenal recuperó terreno. Esto lo llevó a emparejar el trámite del partido. Avisó con un zurdazo de Calderón desde afuera del área, controlado en dos tiempos por Carrizo, y una arremetida de Carrera, a quien Tuzzio trabó con lo justo. Mientras tanto, Ortega se manejaba cada vez con menos comodidad. Damonte, el reemplazante de San Martín, lo seguía por todos lados y cortaba, inteligentemente, el circuito de juego que pretendía enlazar River.

Pasado el promedio del primer tiempo, los dirigidos por Alfaro se afianzaron de la mitad hacia delante y empezaron a encontrar fórmulas para complicarle la vida al conjunto millonario. Ninguna ciencia. Los pelotazos cruzados alcanzaban y sobraban para dejar a la luz los problemas defensivos de un rival que se desinflaba. Tras un grosero error en la salida, Damonte pifió el cabezazo y Carrera, libre en las espaldas de Ponzio, demoró mucho en rematar. Carrizo salió muy rápido y tapó. Al ratito nomás, Calderón ganó por izquierda y le dio de zurda. Por arriba.

El descanso arribó con muy poco bajo el brazo en el plano futbolístico. Alguna que otra buena intención de Ortega y un sinfín de imprecisiones. En River, la principal falencia radicaba en la clara desconexión que existía entre los volantes, Ortega -el enlace- y los delanteros. Falcao y Ruben casi no aparecían. Escasa emoción y demasiada cautela, como resumen de la etapa inicial.
Como un calco de la primera parte, el complemento tuvo al equipo del Kaiser más dinámico en el arranque. Así, dispuso de algún tibio acercamiento. Gerlo cabeceó sin puntería y a Falcao lo cerraron con lo justo luego de una asistencia magistral de Ortega. Ya estaba en el campo Rosales, reemplazante de Ruben. Y el técnico hacía el segundo cambio: Lima por Nasuti, con una molestia muscular. Esta variante obligaba a tres modificaciones tácticas, todas en el sector derecho. El volante recién ingresado, como número ocho; Domingo, de lateral; y Tuzzio, como central.

A medida de que giraban las agujas del reloj, la fricción tomaba mayor protagonismo en el partido. River apostaba a un mediocampo más combativo de lo habitual, Arsenal no le encontraba la vuelta y la tensión crecí, sobre todo en cada pelota parada. El juego aéreo parecía ser el camino más fructífero para crear peligro, en una noche que, a veces más y otras menos, seguía siendo un festival de dudas.

El ingreso de Andrizzi le dio aire a los de Alfaro, que en el tramo final sentían el asedio de Lima y Ahumada, insoportables en los alrededores del círculo central. Y el local contó con una inmejorable para romper el cero, que se aferraba al resultado sin dejar opción. Cristian Díaz envió un buen centro desde la izquierda. Cerca del punto penal estaban Damonte y Andrizzi, pero se molestaron entre los dos y ninguno cabeceó. A diez del cierre, Passarella mandó a la cancha al pibe Buonanotte y sacó a Ortega.

Y el chiquitín, dentro de la escasez de tiempo y la falta de espacios, se hizo lugar para aportar lo suyo. Recibió cerca de la medialuna probó el latigazo de zurda. Alto. La última también fue para el visitante. En el descuento, Belluschi remató desde afuera del área y Cuenca tapó, abajo. La paridad en el desarrollo se reflejó de manera casi perfecta en el empate, vacío de emociones. La serie está abierta. El próximo miércoles, en Núñez, se definirá el pase a la final. El mismo resultado llevará a los penales, cualquier igualdad con goles clasificará a Arsenal y el que gane, lógicamente, seguirá en la Copa



COPA SUDAMERICANA
SEMIFINALES PARTIDO DE IDA
JUEVES 8 DE NOVIEMBRE
SARANDI


ARSENAL 0

RIVER PLATE 0


vamos ARSE vamos
ustedes pongan huevo que ganamo
vamo a traer la copa a la argentina,
la copa que perdieron las gallinas, las gallinas

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