Tal vez en todo el lote del Clausura no haya una situación menos envidiable que la que vive Racing. Cuando no se busca sus propios males, tropieza con infortunios. Como sea, casi siempre -salvo por la única vez del casi milagroso triunfo sobre Lanús- termina entre lamentos y con una perspectiva de futuro más sombría. Ayer estaba a punto de coronar con un triunfo ante Arsenal su mejor faena del año, pero Valdemarín le aguó la fiesta con un notable tiro libre. Y listo: la Academia, condenada a esperar otra semana para ahuyentar sus fantasmas.
El primer indicio de que se avecinaba una noche diferente lo dio el esquema por el que esta vez apostó Merlo: tres defensores, cuatro volantes, un enlace y dos delanteros. Imbuido de ese novedoso espíritu ofensivo, Racing salió dispuesto a arrollar a Arsenal. Durante diez minutos lo hizo, con una imagen colectiva que jamás la Academia había entregado en lo que va del año: fue un equipo solidario, ambicioso, veloz. Con un estilete como Moralez, incontrolable para cualesquiera de sus perseguidores: Garnier, en primera instancia, o Gandolfi, cuando el volante local encaraba el área.
Todo eso sorprendió a Arsenal, un equipo que normalmente se maneja con solidez en el medio campo. Sus elementos clave de esa zona, como Ortiz y San Martín, se veían superados ante el aluvión que se les venía enfrente. Pero después de ese primer lapso, como si la Academia hubiese necesitado cambiar el aire, se aflojó su ímpetu, aunque la postura agresiva se mantuvo. Cuando llegó el penal que le cometieron a Moralez, Racing insinuaba que quería regresar a la intensidad anterior. El Piojo López lo convirtió en el 1 a 0 con un zurdazo furioso, que festejó con la misma efusividad, y ese taponazo pareció el llamado a otro lapso de clara supremacía del equipo de Merlo.
Volvieron las perforaciones verticales de Moralez, la movilidad de todos y la abundancia de situaciones de gol frente a Orcellet. Con un puñado de atajadas notables, el arquero de Arsenal impidió que Racing consiguiera una diferencia más abultada. Un par de ellas fue en respuesta a Moralez: la primera, un remate desde lejos, que se desvió y lo obligó a un vuelo espectacular; la segunda, sobre el cierre de la etapa, un centro fuerte desde la derecha del Piojo López, que fue a buscar el pequeño volante y que Orcellet desvió con lo justo. En esa primera parte Racing generó más situaciones de gol que las que había creado en todo el torneo.
En algo fue diferente la segunda parte: Racing se dispuso igual, pero Arsenal buscó salir del ahogo. Consiguió manejar más la pelota con los ingresos de Alejandro Gómez y de Raymonda. De a poco, inconscientemente -y no en forma deliberada, como era usual-, Racing fue retrocediendo y apostando a las réplicas. Un córner desde la derecha encontró doble cabezazo en el área local; el segundo, de Ortiz, superó a Campagnuolo. Racing no quiso lamentarse y fue otra vez al frente; después de un golpe duro a Orcellet de Bergessio (ver aparte), Moralez colocó un pase magnífico para el delantero, que desbordó y mandó el centro; el Piojo López estaba allí para empujar la pelota al 2-1. Parecía asunto liquidado, pero... Racing volvió a retrasarse. Una gran jugada de Gómez terminó con un tiro libre y Valdemarín colgó la pelota de un ángulo. La pesadilla pudo haber sido peor para Racing si Campagnuolo no lo salvaba sobre el final. En su noche más meritoria, la Academia se iba resignada a la amargura. Otra vez.
- 7 goles recibió Arsenal en las últimas tres fechas; en las primeras cuatro sólo le habían anotado dos
LO DISCUTIBLE
Tras un golpe a Orcellet, el segundo gol de Racing
En el segundo tiempo, Orcellet quedó sentido tras un duro golpe de Bergessio. Enseguida, un centro del atacante derivó en el 2-1 para Racing.
CLAUSURA 2007
FECHA 7
23.03.2007
RACING CLUB 2
claudio lópez -2-
ARSENAL 2
jorge ortiz, lucas valdemarín(tiro libre)
claudio lópez -2-
ARSENAL 2
jorge ortiz, lucas valdemarín(tiro libre)
0 reacciones until now.
Publicar un comentario