El que siente el fútbol es capaz de engancharse hasta con un picadito entre albañiles y barrenderos que surge en alguna plaza de cualquier barrio o pueblo. Hace algunos años atrás, hablar de Arsenal y Colón desprendía alguna sonrisa soberbia de las caras de los futboleros. Pero los tiempos cambian. Arsenal y Colón, son dos equipos fuertes de la Primera Divisón. Juegan bien al fútbol. Y lo demuestran fecha tras fecha. Los de Santa Fe a partir del cambio de entrenador (Toresani por Falcioni), y los de Sarandí de la mano de Gustavo Alfaro, hombre grande en equipo chico.
Buen fútbol en el Viaducto. Era la promesa, y promesa cumplida. Arsenal no perdía desde la 5ta fecha (ante River por 2-0), Colón levantó muchísimo su nivel en las ultimas jornadas. Esquemas similares con hombres de buen pie: Garnier, Raymonda, Caffa y Obolo, en el local; Barrado, Grisales, Rivarola, Giovanni Hernández y Ramírez, en el visitante. La mesa estaba servida.
Buen toque, mucha presión. Muy equilibrado. Arsenal salió a morder muy adelante en los primeros instantes. Era local y tenía la obligación si quería codearse con los grandes en la lucha por el campeonato. Pero Colón tiene bastante aceitado su juego (algo sorprenderte por el poco tiempo de trabajo que lleva Falcioni), el circuito Rivarola-Grisales-Hernández resulta más que interesante, y a puro toque el Sabalero escapaba de la presión.
Es cierto que no había jugadas de mucho riesgo en el primer tiempo, pero se jugaba bien. La pelota siempre contra el piso, un jugador con un color de camiseta, se la pasaba a un jugador con la misma ropa. Suena simple y obvio, pero cada vez es más difícil observarlo en el fútbol argentino. De esa manera, con una jugada asociada llegó la apertura del marcador. Habilitaron al colombiano Fredy Grisales, que rompió a la defensa de Arsenal por la izquierda. Quedó mano a mano y definió con un toquecito por encima de la salida del arquero Cuenca, que se le tiró a los pies. A los 35, Colón estaba arriba por 1-0, algo merecido al cierre de la primera etapa.
Cachetazo al inicio del complemento. La presión que en el primer tiempo no había dado resultado, lo hacía en el segundo. Pelota de Caffa en el medio, con Colón saliendo; Jorge Ortiz sorprendió por la derecha, Caffa lo habilitó y a definir. Bien por el Marciano, terminó la jugada con un remate de derecha, casi de tres dedos. El empate estaba consumado y la tranquilidad de la igualdad tempranera le daba aplomo al juego de Arsenal.
Se fue pinchando Colón e inflando Arsenal. Astuto fue Alfaro. Mandó a la cancha a Valdemarín y a Alejandro Gómez. Ambos le daban frescura al ataque del local. Fue clave. Las parábolas eran diferentes en el rendimiento de juego: todo lo bueno que había hecho Colón en el primer tiempo estaba en descenso y todo lo irregular que había sido Arsenal, se revirtió e iba en ascenso.
Rubén Ramírez lo tuvo de cabeza tras un buen desborde de Rivarola por izquierda. El frentazo del goleador quedó en el cuerpo de Cuenca. Se salvaba Arsenal, pero jugaba mejor. Y así lo pudo plasmar en el resultado. A los 18, Grisales se equivocó y tocó atrás, no hizo más que dejarlo a Obolo en una posición fantástica y con toda la defensa a contrapié. El centro del tanquecito fue perfecto. Valdemarín entro como un rayo por la derecha al área. Ni tuvo que saltar para conectar el envió desde la izquierda. A la carrera metió el frentazo. Lo fusiló al arquero Laureano Tombolini. Increíble lo del ex Vélez. Es el arma secreta de Alfaro, nunca fue titular, pero suma cuatro goles en el Apertura. El local lo daba vuelta: ahora estaban 2-1.
Falcioni metió mano. Puso en la cancha a Claudio Enría y a Malandra. Colón fue en busca del empate, pero ya todo era cuesta arriba. Todo le costaba el doble. Arsenal, inteligente, se defendía bien y salía de contraataque. Pudo haber aumentado el local, lo que quedaba claro es que el visitante no lo podía empatar. La expulsión de Guillermo Imhoff a los 33 terminó de sentenciar la suerte de Colón.
El partido se fue y llegó el festejo y la ilusión en el Viaducto. Arsenal sumó su séptimo partido sin morder la derrota. Pero mejor aún, escaló al tercer lugar (allí comparte la ubicación con Estudiantes), suma 22 unidades y está a tres de la cima del Apertura, propiedad de Boca.
Buen fútbol en el Viaducto. Era la promesa, y promesa cumplida. Arsenal no perdía desde la 5ta fecha (ante River por 2-0), Colón levantó muchísimo su nivel en las ultimas jornadas. Esquemas similares con hombres de buen pie: Garnier, Raymonda, Caffa y Obolo, en el local; Barrado, Grisales, Rivarola, Giovanni Hernández y Ramírez, en el visitante. La mesa estaba servida.
Buen toque, mucha presión. Muy equilibrado. Arsenal salió a morder muy adelante en los primeros instantes. Era local y tenía la obligación si quería codearse con los grandes en la lucha por el campeonato. Pero Colón tiene bastante aceitado su juego (algo sorprenderte por el poco tiempo de trabajo que lleva Falcioni), el circuito Rivarola-Grisales-Hernández resulta más que interesante, y a puro toque el Sabalero escapaba de la presión.
Es cierto que no había jugadas de mucho riesgo en el primer tiempo, pero se jugaba bien. La pelota siempre contra el piso, un jugador con un color de camiseta, se la pasaba a un jugador con la misma ropa. Suena simple y obvio, pero cada vez es más difícil observarlo en el fútbol argentino. De esa manera, con una jugada asociada llegó la apertura del marcador. Habilitaron al colombiano Fredy Grisales, que rompió a la defensa de Arsenal por la izquierda. Quedó mano a mano y definió con un toquecito por encima de la salida del arquero Cuenca, que se le tiró a los pies. A los 35, Colón estaba arriba por 1-0, algo merecido al cierre de la primera etapa.
Cachetazo al inicio del complemento. La presión que en el primer tiempo no había dado resultado, lo hacía en el segundo. Pelota de Caffa en el medio, con Colón saliendo; Jorge Ortiz sorprendió por la derecha, Caffa lo habilitó y a definir. Bien por el Marciano, terminó la jugada con un remate de derecha, casi de tres dedos. El empate estaba consumado y la tranquilidad de la igualdad tempranera le daba aplomo al juego de Arsenal.
Se fue pinchando Colón e inflando Arsenal. Astuto fue Alfaro. Mandó a la cancha a Valdemarín y a Alejandro Gómez. Ambos le daban frescura al ataque del local. Fue clave. Las parábolas eran diferentes en el rendimiento de juego: todo lo bueno que había hecho Colón en el primer tiempo estaba en descenso y todo lo irregular que había sido Arsenal, se revirtió e iba en ascenso.
Rubén Ramírez lo tuvo de cabeza tras un buen desborde de Rivarola por izquierda. El frentazo del goleador quedó en el cuerpo de Cuenca. Se salvaba Arsenal, pero jugaba mejor. Y así lo pudo plasmar en el resultado. A los 18, Grisales se equivocó y tocó atrás, no hizo más que dejarlo a Obolo en una posición fantástica y con toda la defensa a contrapié. El centro del tanquecito fue perfecto. Valdemarín entro como un rayo por la derecha al área. Ni tuvo que saltar para conectar el envió desde la izquierda. A la carrera metió el frentazo. Lo fusiló al arquero Laureano Tombolini. Increíble lo del ex Vélez. Es el arma secreta de Alfaro, nunca fue titular, pero suma cuatro goles en el Apertura. El local lo daba vuelta: ahora estaban 2-1.
El partido se fue y llegó el festejo y la ilusión en el Viaducto. Arsenal sumó su séptimo partido sin morder la derrota. Pero mejor aún, escaló al tercer lugar (allí comparte la ubicación con Estudiantes), suma 22 unidades y está a tres de la cima del Apertura, propiedad de Boca.
FECHA 12 APERTURA 2006
SARANDI
SABADO 21 DE OCTUBRE
Arsenal de Sarandí 2
Jorge Ortiz, Lucas Valdemarín
Colón de Santa Fé 1
Freddy Grisales
Jorge Ortiz, Lucas Valdemarín
Colón de Santa Fé 1
Freddy Grisales
0 reacciones until now.
Publicar un comentario