La ilusión era el denominador común en la tarde de Sarandí. En Arsenal, y también en Quilmes. El local porque, en silencio, se prende en la pelea. Más si logra derrotar a Godoy Cruz en el encuentro pendiente de la segunda fecha. El Cervecero vislumbró una levantada desde la llegada de su nuevo entrenador, Esteban Pogany (agónica derrota con Racing y heroico empate con Argentinos).
Los primeros minutos fueron para los de Alfaro. Comandado por un movedizo Garnier, el local metió a su rival contra las cuerdas. No habían pasado diez minutos, y Grosso, el debutante arquero visitante, ya era figura. Caffa y Raymonda manejaban los hilos y todo era de Arsenal, ante un Quilmes muy tibio.
El club del Sur asomó algo de riesgo con tiros de afuera de Pelusa Cardozo y Pepe Chatruc. Por su parte, Luna, hostigado por su hinchada, hacía todo al revés, el paraguayo Giménez ofrecía muy poquito, mientras que Coyette era irregular: las empezaba como Maradona y las terminaba como Coyette.
A los 37, la visita tuvo la más clara. Pereira le dio fuerte y la pelota besó el palo cuando Cuenca nada podía hacer. Sin embargo, a los 37, llegó la apertura del marcador: en el mejor momento de Quilmes, los de Alfaro pasaron al frente. Alejandro Gómez arrancó la jugada en mitad de cancha y la terminó en la puerta del área. Su remate se desvió en un defensor y superó a Grosso. Justicia en Sarandí. De los pies de Raymonda, Arsenal hizo méritos para llevarse los tres puntos.
En el arranque del segundo tiempo, Pogany le dio el gusto a la gente: adentro Diego Torres por Luna. Y el ingresado pagó enseguida. El pibe de las inferiores aprovechó un rebote en el palo tras un cabezazo de Giménez y marcó la igualdad ante la pasividad de la defensa de Arsenal.
El gol cambió el panorama. Arsenal sintió el impacto. No era el mismo equipo de la primera etapa. Sin embargo, a los 14 tuvo el segundo. Obolo se lo perdió desde inmejorable posición. Enseguida, Raymonda quedó mano a mano con el arquero y cayó en el área ¿Penal? El árbitro Martín interpretó que el volante simuló y le mostró la amarilla.
El ingreso de Rusculleda y Bustos Montoya le dieron una inyección anímica al Cervecero. El delantero le cambió la cara al equipo. Por presencia, por actitud. El partido era parejo y algo estaba claro: el Arse no estaba cómodo.
Recién a los 35, los locales tuvieron una chance de gol. El colombiano Andrés Pérez le dio de afuera y la pelota dio en el palo. En el rebote, Grosso se lo sacó a Valdemarín.Al toque, se lo perdió Quilmes: Cuenca se disfrazó de Fillol y le dijo no a un cabezazo de Bustos Montoya.
Parecía que iban a repartirse los puntos. Pero a cuatro del final, Valdemarín la tocó sobre el cuerpo del arquero tras un centro de Sekagya y la victoria quedó en casa. Los de Alfaro pudieron igualar con un remate de Torres pero otra vez Cuenca dio el presente.
Arsenal volvió a ganar un partido en el final y su ilusión está intacta. Quilmes levantó su rendimiento con la llegada de Pogany pero no consigue los tres puntos desde hace quince partidos y su futuro es oscuro.
Los primeros minutos fueron para los de Alfaro. Comandado por un movedizo Garnier, el local metió a su rival contra las cuerdas. No habían pasado diez minutos, y Grosso, el debutante arquero visitante, ya era figura. Caffa y Raymonda manejaban los hilos y todo era de Arsenal, ante un Quilmes muy tibio.
El club del Sur asomó algo de riesgo con tiros de afuera de Pelusa Cardozo y Pepe Chatruc. Por su parte, Luna, hostigado por su hinchada, hacía todo al revés, el paraguayo Giménez ofrecía muy poquito, mientras que Coyette era irregular: las empezaba como Maradona y las terminaba como Coyette.
A los 37, la visita tuvo la más clara. Pereira le dio fuerte y la pelota besó el palo cuando Cuenca nada podía hacer. Sin embargo, a los 37, llegó la apertura del marcador: en el mejor momento de Quilmes, los de Alfaro pasaron al frente. Alejandro Gómez arrancó la jugada en mitad de cancha y la terminó en la puerta del área. Su remate se desvió en un defensor y superó a Grosso. Justicia en Sarandí. De los pies de Raymonda, Arsenal hizo méritos para llevarse los tres puntos.
En el arranque del segundo tiempo, Pogany le dio el gusto a la gente: adentro Diego Torres por Luna. Y el ingresado pagó enseguida. El pibe de las inferiores aprovechó un rebote en el palo tras un cabezazo de Giménez y marcó la igualdad ante la pasividad de la defensa de Arsenal.
El gol cambió el panorama. Arsenal sintió el impacto. No era el mismo equipo de la primera etapa. Sin embargo, a los 14 tuvo el segundo. Obolo se lo perdió desde inmejorable posición. Enseguida, Raymonda quedó mano a mano con el arquero y cayó en el área ¿Penal? El árbitro Martín interpretó que el volante simuló y le mostró la amarilla.
El ingreso de Rusculleda y Bustos Montoya le dieron una inyección anímica al Cervecero. El delantero le cambió la cara al equipo. Por presencia, por actitud. El partido era parejo y algo estaba claro: el Arse no estaba cómodo.
Recién a los 35, los locales tuvieron una chance de gol. El colombiano Andrés Pérez le dio de afuera y la pelota dio en el palo. En el rebote, Grosso se lo sacó a Valdemarín.Al toque, se lo perdió Quilmes: Cuenca se disfrazó de Fillol y le dijo no a un cabezazo de Bustos Montoya.
Parecía que iban a repartirse los puntos. Pero a cuatro del final, Valdemarín la tocó sobre el cuerpo del arquero tras un centro de Sekagya y la victoria quedó en casa. Los de Alfaro pudieron igualar con un remate de Torres pero otra vez Cuenca dio el presente.
Arsenal volvió a ganar un partido en el final y su ilusión está intacta. Quilmes levantó su rendimiento con la llegada de Pogany pero no consigue los tres puntos desde hace quince partidos y su futuro es oscuro.
FECHA 10 APERTURA 2006
SARANDI
SABADO 07 DE OCTUBRE
Arsenal de Sarandí 2
Alejandro Gómez, Lucas Valdemarín
Quilmes AC 1
Diego Torres
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