Jugar con un delantero siempre significa ser defensivo. Por lo menos eso pensaron Alfaro y Merlo, los entrenadores de Arsenal y Racing, respectivamente. Con una clara diferencia. Mientras los del Viaducto utilizaron ese esquema desde la fecha inicial del torneo, con diversa suerte, la Academia no termina de encontrar el equipo ideal. Por eso, un punta y dos creativos como Moralez y Peralta desde el arranque para la visita.
Y, tal como se preveía, arrancó mejor el conjunto de Sarandí. Con los mismos argumentos de siempre. Raymonda flotando delante de la línea de volantes, y con Caffa explotando en cada pique a las espaldas del colombiano Arizala. Campagnuolo no tenía mucho trabajo, pero el encuentro se jugaba más cerca de su arco que del de Cuenca.
Pero a los 17, pegó Racing. En la primer llegada en serio. Bastía metió un bombazo que dio en el travesaño. Bergessio, atento, acompañó la acción y tocó de zurda al arco. Festejo alocado. Contundencia pura. El gol cambió todo. Le dio confianza a la visita. Mejoró notablemente su trabajo. Fue una inyección anímica interesante para los de Avellaneda y un cimbronazo para los locales.
A partir del tanto, se vio lo mejor de la Academia en los últimos encuentros. No fue demasiado, es cierto. Pero la prolijidad de Romero por la derecha, la voluntad de Bastía y la movilidad de Bergessio eran los puntos más altos del equipo de Merlo. No llegaba con peligro, es cierto. Pero dominaba y todo se desarrollaba en el campo local.
Arsenal estaba perdido. No encontraba el rumbo. Sí encontró la igualdad a la salida de un lateral que cruzó el área y Jorge Ortiz, el ex San Lorenzo, no perdonó. Derechazo y a cobrar. Los de Alfaro le pagaron con la misma moneda. Llegó al gol en su momento más flojo. Y, como le había sucedido a Racing, mejoró su producción con este tanto. Lo tuvo Obolo. También Raymonda. Pero Campagnuolo no falló.
Se estaban acomodando en el inicio de la segunda etapa cuando Bergessio, un delantero ideal para el paladar de Merlo porque va a todas, desbordó por la derecha y Moralez la empalmó antes de que la pelota caiga. Golazo. Segunda llegada en serio para Racing, segundo tanto.
Como suele ocurrir, el equipo de Mostaza se retrasó en el campo y le cedió la iniciativa a Arsenal. Desde el banco el mensaje fue clarito. Afuera Peralta, adentro Matías Sánchez. Dos volantes de distintas características. Con la variante, todo en la ofensiva dependía de lo que pudiera hacer el voluntarios Bergessio, muy aislado del resto.
Todo lo contrario hizo Alfaro. Sacó un central (Ruiz) y mandó a la cancha a un punta (Valdemarín). Entonces, Arsenal rodeó a su rival y le llenó el área de centros. La Academia sólo pensaba en cuidar el resultado. Confiaba a ciegas en Crosa y Cabral, la segura dupla central y apostaba a alguna contra. Bergessio lo tuvo tras una gran habilitación de Moralez, pero Cuenca la envió al tiro de esquina. El resultado estaba abierto.
Pero cuando un equipo toma la decisión de retrasarse, de confiar casi exclusivamente en lo defensivo, suele pasarle lo que le sucedió a Racing en el final. A los 43, Obolo tras una serie de rebotes señaló la igualdad. Tres minutos después, otro centro. Una nueva duda en el fondo visitante y Caffa estampó un zurdazo violento que le dio el triunfo a Arsenal. Fue justo. Los de Alfaro buscaron los tres puntos en todo momento, inclusive cuando lograron la segunda igualdad y no quedaba casi nada. Racing especuló mucho. Demasiado. Y lo pagó caro.
FECHA 7 APERTURA 2006Y, tal como se preveía, arrancó mejor el conjunto de Sarandí. Con los mismos argumentos de siempre. Raymonda flotando delante de la línea de volantes, y con Caffa explotando en cada pique a las espaldas del colombiano Arizala. Campagnuolo no tenía mucho trabajo, pero el encuentro se jugaba más cerca de su arco que del de Cuenca.
Pero a los 17, pegó Racing. En la primer llegada en serio. Bastía metió un bombazo que dio en el travesaño. Bergessio, atento, acompañó la acción y tocó de zurda al arco. Festejo alocado. Contundencia pura. El gol cambió todo. Le dio confianza a la visita. Mejoró notablemente su trabajo. Fue una inyección anímica interesante para los de Avellaneda y un cimbronazo para los locales.
A partir del tanto, se vio lo mejor de la Academia en los últimos encuentros. No fue demasiado, es cierto. Pero la prolijidad de Romero por la derecha, la voluntad de Bastía y la movilidad de Bergessio eran los puntos más altos del equipo de Merlo. No llegaba con peligro, es cierto. Pero dominaba y todo se desarrollaba en el campo local.
Arsenal estaba perdido. No encontraba el rumbo. Sí encontró la igualdad a la salida de un lateral que cruzó el área y Jorge Ortiz, el ex San Lorenzo, no perdonó. Derechazo y a cobrar. Los de Alfaro le pagaron con la misma moneda. Llegó al gol en su momento más flojo. Y, como le había sucedido a Racing, mejoró su producción con este tanto. Lo tuvo Obolo. También Raymonda. Pero Campagnuolo no falló.
Se estaban acomodando en el inicio de la segunda etapa cuando Bergessio, un delantero ideal para el paladar de Merlo porque va a todas, desbordó por la derecha y Moralez la empalmó antes de que la pelota caiga. Golazo. Segunda llegada en serio para Racing, segundo tanto.
Como suele ocurrir, el equipo de Mostaza se retrasó en el campo y le cedió la iniciativa a Arsenal. Desde el banco el mensaje fue clarito. Afuera Peralta, adentro Matías Sánchez. Dos volantes de distintas características. Con la variante, todo en la ofensiva dependía de lo que pudiera hacer el voluntarios Bergessio, muy aislado del resto.
Todo lo contrario hizo Alfaro. Sacó un central (Ruiz) y mandó a la cancha a un punta (Valdemarín). Entonces, Arsenal rodeó a su rival y le llenó el área de centros. La Academia sólo pensaba en cuidar el resultado. Confiaba a ciegas en Crosa y Cabral, la segura dupla central y apostaba a alguna contra. Bergessio lo tuvo tras una gran habilitación de Moralez, pero Cuenca la envió al tiro de esquina. El resultado estaba abierto.
Pero cuando un equipo toma la decisión de retrasarse, de confiar casi exclusivamente en lo defensivo, suele pasarle lo que le sucedió a Racing en el final. A los 43, Obolo tras una serie de rebotes señaló la igualdad. Tres minutos después, otro centro. Una nueva duda en el fondo visitante y Caffa estampó un zurdazo violento que le dio el triunfo a Arsenal. Fue justo. Los de Alfaro buscaron los tres puntos en todo momento, inclusive cuando lograron la segunda igualdad y no quedaba casi nada. Racing especuló mucho. Demasiado. Y lo pagó caro.
SARANDI
SABADO 16 DE SEPTIEMBRE
Arsenal de Sarandí 3
Jorge Ortiz, Mauro Óbolo, Juan Pablo Caffa
Racing Club 2
Gonzalo Bergessio, Maximiliano Moralez
0 reacciones until now.
Publicar un comentario