Para dormir

Tarde calma, y pesada, por las de por sí tranquilas calles de Sarandí. Poco tránsito, chicos que juegan en una plaza, gente sentada en veredas mirando el panorama. Juegan Arsenal, el club del pago, y Huracán, que se llega desde 600 kilómetros, y ambos, debutantes en la categoría en la temporada, vienen de perder. Un puñado de hinchas más nutrido por acá; otro más reducido por allá. Era de prever que la asistencia no sería generosa, y es así, nomás.

El millar y medio de seres que puebla el coqueto estadio Del Viaducto es símbolo de fidelidad, y tiene recompensa al comienzo. A los dos minutos, Leonel Gancedo abre el balón desde la mitad de la cancha con un preciso pelotazo a Gabriel González, que centra para Martín Mandra, y éste toca a medio del área para el solitario Gancedo, que no da oportunidades al arquero: 1-0 para los fieles del interior. Que disfrutan un ratito más el estético fútbol de sus hombres -con la inestimable colaboración de la errática retaguardia rival-. A los siete, Javier Morales se encarga de un tiro libre que se presumía centro y lo transforma en golazo, de derecha y con comba, por el primer palo: 1-1 y esperanza para los fieles al club menos populoso de la A.

Entonces, Huracán se repliega y deja hacer. Y Arsenal pretende envalentonarse, pero su escasa creatividad no le da para mucho. Por ende, la ordinariez futbolística gana la escena. Imprecisiones, abulia en algunos protagonistas, aciertos defensivos vuelven aburrido, cortado y carente de emociones al juego. Hasta que la inminencia del entretiempo devuelve emociones perdidas: a los 43, González contragolpea y cede a Martín Zapata, que dispara cruzado, bajo y fuerte, pero afuera. Luego, un córner de Leonel Ríos -se iría entre silbado y aplaudido por los hinchas rojicelestes- halla un anticipo de José Luis Calderón, que peina cruzado, y el balón se va alto. Al poco tiempo, González toca atrás y Gancedo le pega con ganas, pero Arsenal se salva por poco.

Después, la nada otra vez hasta el tercio final del partido. Cabezazos de Gastón Esmerado -el mejor de los locales por criterio para quitar y distribuir-, Rodrigo Mannara y Morales y una combinación de éste y Calderón asustan a Huracán, que, por fin decidido, se adueña de la culminación del encuentro. Esmerado traba a tiempo un mano a mano de Gabriel González; Claudio García sorprende a propios y extraños con un tiro desde el círculo central que termina cerca del arco ajeno; falla Carlos Casteglione y el activo González escapa para otro mano a mano, pero lo desperdicia con un derechazo bajo y cruzado a un minuto del cierre.

Es empate, con Gancedo como figura -presencia, panorama, precisión y manejo, además del gol- y las dos hinchadas aplauden, aunque se pueda interpretar el 1-1 como castigo a la falta de determinación quemera -por su raquítico promedio, debe vencer en todos lados- y a las limitaciones de Arsenal. También, como premio a los simpatizantes, que gozaron con un inicio de espectáculo y un clímax que salvaron el bache intermedio del guión.

• Controversias al por mayor
  Varios pedidos de penales soportó Javier Collado, que no otorgó ninguno aunque debió dar al menos uno por bando. En la jugada más discutida, Gabriel González cayó empujado por Cristian Tula en el área local a poco del final, pero el árbitro, de pobre desempeño, cobró fuera. 

 CLAUSURA 2005 FECHA 2
DOMINGO 20 DE FEBRERO
SARANDÍ

Arsenal de Sarandí 1
Javier Morales
Huracán de Tres Arroyos 1
Leonel Gancedo