viernes, 15 de octubre de 2004

CONSERVAR ENERGÍAS



SARANDI
15 DE OCTUBRE
APERTURA 2004
FECHA 10
8000 PERSONAS

Arsenal 0

Newell's Old Boys 0


Newell´s, como todos, sabe lo complejo que es encontrarle la vuelta al combativo Arsenal. Esa previsión hacía duro el examen de anoche en Sarandí, pero cuando se está en el fuego de la punta, como les ocurre a los rosarinos, las expectativas siempre son altas. Desde esa perspectiva, el empate sin goles que cosechó el conjunto de Américo Gallego por la 10a fecha del Apertura fue un resultado un poco insípido. Si bien es cierto que por estas horas iguala la línea de los otros punteros, no lo es menos que cualesquiera de ellos está a tiro de escapársele, en una carrera poco contemplativa con los resbalones circunstanciales.

Las únicas diferencias entre la postura de uno y otro, en el comienzo, estuvieron en los matices marcados por las individualidades: los planteos fueron similares. También, en la salida más prolija de Newell´s, en favor de la mayor capacidad de manejo de algunos de sus hombres, contra la que confabuló el mal estado del campo. La consigna compartida fue plantarse con orden en la defensa; como ninguno abrió grietas al dispositivo ajeno, el desarrollo fue parejo, sin vuelo.

De parte de Newell´s, los intentos -tibios- por crear juego estuvieron a cargo de Capria; en Arsenal fue Morales el fogonero de avances vistosos a los que siempre les faltó potencia para crear peligro.
A la media hora, sólo algunas jugadas con pelota detenida habían quebrado la monotonía. Buenas maniobras colectivas sólo hubo dos, después. Una la comenzó Calderón, que en el área rosarina habilitó a Morales, cuyo zurdazo rasante hizo salir la pelota rozando un poste. La otra fue fruto del despliegue de Rosada, que le quitó la pelota a Esmerado, avanzó y ubicó a Capria; el centro del volante superó a Limia, pero Casteglione se anticipó justo a la inminente definición de Borghello.

Más vértigo hubo en el segundo tiempo, aunque no varió la falta de claridad para perforar las defensas. Sin embargo, Calderón siguió sobresaliendo: intentó abrir caminos y colaboró en el quite. Una jugada suya, salvada por el arquero Villar, hizo detonar la ansiedad comprimida de Jorge Burruchaga: el DT se descargó pateando una silla de plástico cuando vio que no fue gol.

En Newell´s ingresó Ortega, pero la salida de Capria privó a sus muchos hinchas -unos 3000 llegaron hasta el Sur- de ver una pareja creativa prometedora. Pero el Burrito les dio más lucidez a los visitantes. Se notó que aún no está bien físicamente, lo cual no le impidió desequilibrar con una diagonal que, tras unos cuantos quiebres de cintura, terminó con un remate muy débil. Fue el último intento de Newell´s; insuficiente para alimentar, como hubiese deseado, una ambición que sigue alta.

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