El equipo
cayó derrotado ante Boca solo por una
genialidad de Riquelme. En una tarde calurosa, que impidió ver un buen espectáculo, el Xeneize aprovechó el mejor recurso que tiene su jugador desequilibrante: el
tiro libre. Tal como en la final de la
Recopa, fue en el
último minuto, nuevamente ante
Campestrini, cuando el Arse había reemplazado a la mayoría de sus jugadores ofensivos y ya se relamía con la igualdad.
No hubo grandes diferencias dentro de un partido
mediocre, y todo pintaba para un empate aburrido entre 2 escuadras de realidades diferentes: Boca se llevó los 3 puntos que necesitaba para seguir con
vida en la punta del torneo, y Arsenal
deambula en mitad de tabla sin un norte claro.
Del Arse poco que destacar, fue un buen primer tiempo de
Pellerano interceptando los circuitos entre Dátolo y Román, más la regularidad que mostraron
Matellán y Gandolfi en la defensa, anulando a Noir, Viatri y Mouche.
Campestrini no pudo evitar ese remate al ángulo, pero no tuvo demasiado trabajo. De lo malo,
Leguizamón y Gómez nunca entraron en sintonía con el resto del equipo, solamente tuvieron chispazos de a ratos.
Yacuzzi, Carrera y
Aguirre entraron en desgaste ya que no podían jugar por abajo y se vieron obligados a meter centros. Se extraño a
Sava o Matos, un referente de área que capitalizara mejor los intentos ofensivos.
Y
Casteglione cometió esa falta sobre
Gracián de tan
cansado que estaba (en circunstancias normales se la saca
limpia), no se le puede echar la culpa sobre lo que paso
después.
Disculpen lo corto de esta entrada pero no hay demasiado ánimo de mi parte para comentar el encuentro de hoy; derrota injusta pero
inevitable.
1 reacciones: until now.
Riquelme es capaz de decidir un partido por sí solo. Algunos le cuestionan y no entiendo porqué. Un abrazo.
Publicar un comentario