domingo, 25 de noviembre de 2007

APERTURA 2007 FECHA 17



 
Partido chivo si los había el que le tocaba a Boca en su primera final de cara al cierre del Apertura. Si pretendía arrebatarle el título a Lanús, estaba obligado a salir victorioso en la visita al complicadísimo Arsenal, que llegaba entonado tras la clasificación al choque decisivo de la Copa Sudamericana. Además, contrariamente de lo que se preveía en un principio, el local ponía a todos sus titulares. El Granate, único líder, lo miraba atentamente a la espera de recibir a Argentinos. El conjunto de Russo se jugaba la vida en Sarandí.

El arranque fue marcado por la desprolijidad. Mucho pelotazo, escasez de ideas y excesivo estudio del rival por parte de ambos. Dentro de ese panorama, el Xeneize era un poco más claro en el manejo. Y la primera chance derivó de un desborde de Palacio por derecha. Palermo anticipó en el punto penal y su cabezazo dio en la espalda de Mosquera. Ese dominio, sólo territorial, le duró poco a Boca. Porque Arsenal salió del fondo, se paró en el campo con otra actitud y lastimó a través de la especialidad de la casa: el juego aéreo. Caranta, que volvía tras una lesión, respondió de gran forma ante un lindo testazo bombeado del colombiano Mosquera. Y en el tiro de esquina siguiente, el arquero volvió a reaccionar, esta vez frente a Casteglione.


Los de Alfaro evidenciaban cierta superioridad y eran más profundos a la hora de atacar. Siempre por arriba. Cuando se cumplía el minuto veinte, volvieron a cascotearle el rancho a Caranta. Así, tuvo cuatro en una. Casteglione ganó a la salida de un tiro libre y Battaglia rechazó justo. Después, el número doce visitante tapó ante Calderón y Villar no pudo en el rebote. En la última, Mosquera volvió a cabecear y Caranta la sacó. El gol se veía venir. Estaba al caer. Y cayó, nomás. Caldera metió un gran centro con rosca desde la derecha y San Martín se vistió de prócer para ponerle su bocha calva a la pelota. Esta vez, Caranta se quedó estático, como toda la pasiva defensa xeneize. El 1-0 era indiscutible.


El impacto caló hondo en Boca, que con más amor propio y coraje que fútbol fue de manera casi desesperada a buscar un rápido empate. Cuenca manoteó muy bien un bombazo de Palacio, lejos el mejor del equipo de Russo. Gracián, desorientado. Al mediocampo le faltaba firmeza. Y en el fondo, hacía agua. Arsenal percibió que enfrente tenía un boxeador al borde del nocaut y fue a intentar voltearlo. Yacuzzi la bajó y Calderón le dio de zurda. El remate salió mordido y la pelota pasó cerca del palo izquierdo de Caranta, quien apareció nuevamente a nueve del descanso. Caldera, solo, cabeceó y el arquero puso los pies.


La etapa inicial no podía tener un peor final para Boca. Christian Díaz envió desde la izquierda y Alejandro Gómez, prácticamente agachado del todo, metió una palomita bárbara que se coló contra el palo derecho de Caranta, abajo: 2-0. Golpe durísimo y grito feroz en Lanús. El Arse sacaba provecho de su orden, su inteligencia y, con las limitaciones propias bien claras, arribaba al entretiempo con una ventaja quizás impensada en el comienzo.


Desconcertado por el resultado y, seguramente, más molesto aún por el rendimiento de sus jugadores, Russo hizo los tres cambios de entrada en la segunda parte. Bertolo, Vargas y Bueno entraron por Ledesma, Battaglia y Gracián. Los ánimos caldeados en la visita le venían al pelo a Arsenal, que dejaba correr las agujas del reloj sin pasar sobresaltos. Encima, Paletta veía la amarilla y sumaba la quinta, por lo que se aseguraba la ausencia ante Tigre. Boca fue a buscar como pudo, con el corazón en la mano. Bueno ganó de arriba tras un centro de Morel Rodríguez y Cuenca evitó la caída de su valla. A base de presión y empuje, el Xeneize se acercaba al descuento.


Apenas pasado el promedio del complemento, un error defensivo del local dejó solo a Palacio. El bahiense giró y le dio de media vuelta, pero tan de abajo que el remate le salió muy alto. Al ratito, Cuenca se plantó muy bien frente a Palermo. Y en el rebote, Garnier no le dejó patear Palacio, quien pidió airadamente el penal. El árbitro Lunati no cobró nada. Tanto fue Boca que obtuvo su premio y quedó a tiro de la igualdad. Bertolo llegó al fondo por izquierda y tocó al medio. El anticipo de Bueno estaqueó a Casteglione y a Matellán. Y el uruguayo resolvió con la cara externa de su pie derecho ante un Cuenca que esta vez nada pudo hacer. Pintoresca definición para el 2-1. Se venía un cuarto de hora de película.


La temperatura de ambiente subía a cada instante. El Xeneize mantenía la ilusión de, al menos, llevarse un punto. No estaba mal, después de una tarde para el olvido. Y Arsenal aguantaba. Tal vez demasiado metido atrás, pero siempre consciente de no perder la estructura. Igualmente, sufrió en el final. Mosquera rechazó luego de un cabezazo de Palacio, Bueno se lo perdió en dos ocasiones y Cuenca descolgó con esfuerzo un envío cerrado de Morel Rodríguez. Las protestas recayeron sobre Lunati cuando éste adicionó cuatro minutos, poco para los jugadores visitantes. Pero no hubo vuelta que darle. Los dirigidos por Alfaro, lejos de ser sorpresa a esta altura, sumaron a Boca a su ya extensa lista de víctimas. Después de eliminar a River de la Sudamericana, festejaron a lo grande en El Viaducto y esperan el viaje a México inmersos en el mar más placentero. El del éxito.


APERTURA 2007
FECHA 17
DOMINGO 25 DE NOVIEMBRE
SARANDI




ARSENAL 2
Andrés San Martín, Alejandro Gómez

BOCA JUNIORS 1
Carlos Bueno




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