Tarde fría en Parque Patricios. Los mismos sabores, los mismos olores. Música añeja de bandoneón, hombres con canas, anécdotas del ayer, reproches tan viejos como nuevos. Añoranzas perdidas de un tiempo que ya fue, ilusiones retenidas en un tiempo que tal vez jamás se presente. El Palacio, el viejo y querido Palacio, esquina arrabalera, allá en Amancio Alcorta y Colonia. Cerca de 25.000 hombres y mujeres -la familia, otra vez, parece ser parte de esta aventura- se visten de rojo y blanco dispuestas a la gran función. La del regreso, la de la vuelta, la de Huracán, el viejo y querido Huracán, el glorioso, el maltratado, el de barrio. Hace frío en Parque Patricios, pero qué importa el clima si el Globo vuela en primera. Los mismos sueños, los mismos sufrimientos.
La cancha es la misma, la de siempre: conserva los mismos desteñidos asientos, los mismos sectores maltrechos de pintura descascarada, los hinchas conocidos, los mismos que alguna vez lo disfrutaron en su dimensión. Reproches por un campo de juego herido, ovación genuina por el ingreso espontáneo de once entusiastas jugadores dirigidos por ese símbolo del sentimiento llamado Turco Mohamed. Sale, entre silbidos Arsenal, el adversario de ocasión, entre reproches y respeto compartido. Hay ansiedad, hay esperanza, ya que no se imagina Huracán, el querido Globo, que a los 18 segundos iba a estar perdiendo. Ni en la peor pesadilla.
Sacó Arsenal: Raymonda toca con Yllana, que deriva en Espínola, en el sector derecho. El pelotazo del defensor encuentra, otra vez, a Raymonda, que ensaya un par de amagos y deja en soledad frente al arquero a Andrizzi; el remate encuentra una débil resistencia en Barovero y el rebote lo festeja Carrera. Van 18 segundos y Huracán pierde en su casa, en su vuelta.
Rápido de reflejos, convencido de que primero hay que saber sufrir para después, ¿gozar?, encuentra la igualdad con un tiro libre de Gómez que rebota en Ruiz, uno de los tantos hombres de la barrera. Lo que sigue es una lucha despiadada porque los merecimientos ingresen en escena: es superior casi siempre, pero sus fundamentos no tienen respuesta efectiva. Nieto juega bien, pero falla muchos goles. Mendoza desperdicia otro. No quiere sufrir, no lo precisa por su actitud, por su ambición, pero no puede con su genio, con su historia, con esas letras de tango que tan bien se aproximan a sus orígenes.
Tampoco merece Arsenal mejor fortuna: su mejoría final no le alcanza, a pesar de que el juez Pompei anula erróneamente un gol legítimo de Ulloa. Entonces, vuelven a escena los viejos aromas, los añejos sabores, la clásica esquina, el Palacio.
APERTURA 2007
PARQUE PATRICIOS
FECHA 1
DOMINGO 05 DE AGOSTO 2007
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HURACÁN 1
Walter Gómez
Walter Gómez
ARSENAL 1
Sebastián Carrera
Sebastián Carrera
GOL A LOS 12 SEGUNDOS DE JUEGO
DEBUT DEL ARSE EN EL CAMPEONATO
DEBUT DEL ARSE EN EL CAMPEONATO
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