sábado, 5 de agosto de 2006

COMIENZA EL APERTURA, SE RENUEVAN LAS ILUSIONES




FECHA 1 APERTURA 2006
SARANDI
SABADO 05 DE AGOSTO

Arsenal de Sarandí 3
Santiago Raymonda, Juan Pablo Caffa, Lucas Valdemarín


Gimnasia y Esgrima La Plata 1
Martín Cardetti

Tribunas llenas e ilusiones que se renovaban en Sarandi. Es que cada vez que comienza un torneo, Arsenal y Gimnasia (LP) se perfilan como candidatos sorpresas. Como equipos que, en silencio, se prenden en la pelea por el campeonato. Los condimentos para ver un buen encuentro estaban.

Arrancó mejor el local, con un único delantero fijo: Mauro Obolo. Pero bien acompañados por los volantes que llegaban por los costados y desbordaban a la línea de tres tripera. Castiglione tuvo el primero, pero su cabezazo se fue afuera, cerquita. Era un aviso. La pelota parada siempre es un arma letal en los equipos que dirige Gustavo Alfaro.

Pero a los 19, un corte de luz provocó la suspensión del partido. Mientras los jugadores se movían, hacían ejercicios en la oscuridad, el árbitro Pompei se cansó de esperar y determinó que el partido no iba a continuar. Pero el fútbol argentino todo lo puede. Enseguida, como por arte de magia, la energía eléctrica se hizo presente en el Viaducto. En medio del desconcierto, el encuentro siguió.

Enseguida, el local abrió el marcador. Olave dio un rebote fácil y Santiago Raymonda solamente tuvo que empujarla con el arco vacío. ¿Justo? Los tres del fondo del equipo de Troglio tenían enormes dificultades para detener a Juan Pablo Caffa por la izquierda. Cada vez que el ex Boca pasaba al ataque, los hinchas triperos se agarraban la cabeza.

El partido era de ida y vuelta. El Lobo, herido, fue por el empate. Y lo alcanzó con un cabezazo de su jugador más peligroso: Martín Cardetti. Pero cuando los platenses todavía disfrutaban de la igualdad, Caffa aprovechó un grosero error de Olave (dudó en un centro y quedó a mitad de camino) y le volvió a dar la ventaja al local.

Fue eléctrico el arranque de la segunda etapa. Cardetti se perdió solito y solo el empate: la tiró afuera ante el achique de Cuenca. Caffa tuvo el tercero para el local, que era más ordenado y tenía más claras sus ideas. Con Caffa y Raymonda manejando los hilos en el ataque y Obolo actuando como pívot, preocupaba, y mucho.

Por su parte, el Lobo se adelantó varios metros en pos de la igualdad pero sin ideas. Troglio buscó en el banco la solución y reemplazó al irresoluto Guglielminpietro. Con Cornejo, el equipo ganaba en movilidad, en sorpresa. Pero el problema continuba sin solucionarse. Encima, cada centro que llovía al área era despejado por Loeschbor, de correcto debut.

Cada contra de Arsenal era una clara señal de peligro. Tenía todo para liquidarlo, pero fallaba en la puntada final. Hasta que Valdemarín, reemplazante del trabajador Obolo, se permitió un lujo. Sobre la derecha recibió un pase y se la picó a Olave. Golazo. Partido liquidado.

A la hora del balance, el conformismo fue todo para el locales que demostró que para ser ofensivo no hace falta colocar muchos delanteros. También se puede ser importante en el ataque si uno cuenta con volantes aptos para el buen juego, y Arsenal los tiene: Raymonda, Caffa y Gómez. En Gimnasia todo es duda: los amistosos previos al campeonato evidenciaron que Troglio todavía no le encontró la vuelta al equipo y tendrá mucho trabajo.

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