APERTURA 2005 FECHA 16
ROSARIO
DOMINGO 20 DE NOVIEMBRE
Rosario Central 1
Ibrahim Sekagya e/c
Arsenal 1
Juan Pablo Caffa
Esta vez no operó el efecto contagio. Esa corriente que se establece de inmediato entre ciertos entrenadores y sus futbolistas. La referencia, claro, apunta a Angel Zof, el hombre de los mil retornos. El viejo técnico asumió el viernes la conducción de un Central devastado por los resultados y entre la gente se multiplicaba la sensación de que con él, todo es posible.
Pero el influjo de su figura no se trasladó al campo. Y sería injusto pretender que eso sucediera de la noche a la mañana. A pesar de los cambios —sobre todo en el dibujo táctico— que propuso. Variantes que, por lo visto, deberán trabajarse para despejar esa impresión de equipo desordenado, sin peso, a veces hasta ingenuo.
Enfrente estuvo Arsenal, un adversario siempre incómodo que no pudo aprovechar el impulso de su victoria ante Boca. De a ratos fue más por una cuestión tan sencilla como lógica: lucía más cómodo y más seguro que su adversario porque llegó a Rosario con la receta bien aprendida. La continuidad de una idea, a diferencia de lo que sucedió con Central, marcó una tendencia en el desarrollo. Muy leve por cierto.
Intentó darle un sacudón al equipo Zof. Por eso, con sólo una práctica encima dispuso abandonar las tradiciones y se inclinó por un extraño 3-1-3-1-2. Pero la confusión fue notoria. Apenas la frescura de Vecchio escapó de las tareas fijadas. El chico inquietó con dos remates y anotó un gol para la polémica (le cobraron un dudoso offside).
Arsenal manejó la pelota durante varios pasajes del partido con interesantes trabajos de Hirsig y Silvio González. Sin embargo, careció de profundidad. Apenas puede apuntarse una doble tapada de Ojeda y la acción del gol de Caffa. Parecía triunfo de Arsenal. Pero un cabezazo de Ruben, previo desvío en Sekagya, permitió el empate en el cierre y le arrancó un gesto de alivio a Zof. Una pequeña recompensa en la tarde de su regreso.
Pero el influjo de su figura no se trasladó al campo. Y sería injusto pretender que eso sucediera de la noche a la mañana. A pesar de los cambios —sobre todo en el dibujo táctico— que propuso. Variantes que, por lo visto, deberán trabajarse para despejar esa impresión de equipo desordenado, sin peso, a veces hasta ingenuo.
Enfrente estuvo Arsenal, un adversario siempre incómodo que no pudo aprovechar el impulso de su victoria ante Boca. De a ratos fue más por una cuestión tan sencilla como lógica: lucía más cómodo y más seguro que su adversario porque llegó a Rosario con la receta bien aprendida. La continuidad de una idea, a diferencia de lo que sucedió con Central, marcó una tendencia en el desarrollo. Muy leve por cierto.
Intentó darle un sacudón al equipo Zof. Por eso, con sólo una práctica encima dispuso abandonar las tradiciones y se inclinó por un extraño 3-1-3-1-2. Pero la confusión fue notoria. Apenas la frescura de Vecchio escapó de las tareas fijadas. El chico inquietó con dos remates y anotó un gol para la polémica (le cobraron un dudoso offside).
Arsenal manejó la pelota durante varios pasajes del partido con interesantes trabajos de Hirsig y Silvio González. Sin embargo, careció de profundidad. Apenas puede apuntarse una doble tapada de Ojeda y la acción del gol de Caffa. Parecía triunfo de Arsenal. Pero un cabezazo de Ruben, previo desvío en Sekagya, permitió el empate en el cierre y le arrancó un gesto de alivio a Zof. Una pequeña recompensa en la tarde de su regreso.
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