APERTURA 2005 FECHA 2
SARANDI
SABADO 13 DE AGOSTO
Arsenal de Sarandí 1
Silvio González
Gimnasia LP 1
Marcelo Goux
A quién le cayó mejor el reparto de puntos? ¿A Arsenal que dominó gran parte del partido pero se quedó en el final? ¿O a Gimnasia que logró el empate sin nada de fútbol y con mucho temperamento? ¿Al equipo de Sarandí que pretendía arrancar esta nueva esta con José María Bianco en el banco? ¿O a los dirigidos por Pedro Troglio, quienes tras la victoria inicial ante Colón intuían que estaban para grandes cosas? La respuesta es clarita: el puntito no le sirvió a ninguno de los dos...
Es que Arsenal arrancó, pese a las variaciones que tuvo el plantel, como aquel equipo complicado que dirigía Jorge Burruchaga. Mucho laboratorio en las pelotas paradas, mucha presión en el medio, entrega ilimitada. Así, con esos argumentos dominó a su rival durante la primera mitad y algo de la segunda también. Pero paulatinamente se fue quedando. Entregó la iniciativa, la pelota, el terreno. Entregó todo...
Entonces, Gimnasia, que hasta ahí solamente aterrorizaba con algún que otro bochazo para el Gigante Delorte, se aprovechó de semejante situación. Y de la nada concretó el empate. Y hasta pudo haberlo ganado en el suspiro...
Arsenal se plantó con un sistema flexible: cuando tenía la pelota mostró un 4-3-2-1, con Morales y Raymonda como organizadores. Pero sin la pelota, volvía al 4-4-1-2, con Morales recostado por la banda izquierda y el ex Instituto como media punta.
Gimnasia, con Lobos bien cercado, no tenía forma de progresar en el campo, al menos con claridad. Los del medio estuvieron más preocupados por destruir que por construir. Encima, a los laterales les faltó proyección.
Tres situaciones netas de gol generó el local por intermedio de pelotas paradas. La primera: a los 2 minutos, Tula cabeceó por encima del travesaño. La segunda: a los 23, córner de la derecha de Rodrigo Mannara, pirueta de Raymonda, frentazo de Santiago Hirsig, otro cabezazo de Esmerado que fue derechito a las manos de Navarro Montoya. Y la tercera esta vez fue la vencida: Silvio González, el niño mimado del sur que regresó luego de su experiencia europea, peinó un preciso tiro libre de Morales.
Tuvo otra clara: vino de una jugada aislada. Raymonda recibió la pelota de espaldas al arco lejos, muy lejos del área. Giró, y al no ver alguien con la camiseta con los mismo colores que él, se decidió: sacó un tremendo derechazo que pegó en el palo.
El inicio de la segunda etapa fue una continuidad de la primera. Arsenal, bien plantado en el fondo y con Esmerado y Hirsig multiplicando esfuerzos, lo tenía controlado. Pero de tan controlado que lo tenía, se confió. Lentamente el Lobo pareció despertarse. Sala controló un tiro de Vargas y otro de Lobos. Tula se lo sacó de cabeza a Delorte. El público platense —mucho por cierto— empujaba...
Gimnasia avanzó con ritmo sostenido. A puro empujón, aunque sin claridad. Quedó muy desprotegido atrás, como en esa jugada que Raymonda se perdió el segundo, el gol que hubiese asegurado la victoria. Pero suele pasar: los goles que no se hacen, se pagan... Y pasó nomás: Marcelo Goux cabeceó un rebote de San Esteban y marcó el empate y sobre el final pudo ganarlo Esteban González pero Darío Sala se lució... Hubiese sido demasiado premio para uno y un castigo aún mayor para otro.
Es que Arsenal arrancó, pese a las variaciones que tuvo el plantel, como aquel equipo complicado que dirigía Jorge Burruchaga. Mucho laboratorio en las pelotas paradas, mucha presión en el medio, entrega ilimitada. Así, con esos argumentos dominó a su rival durante la primera mitad y algo de la segunda también. Pero paulatinamente se fue quedando. Entregó la iniciativa, la pelota, el terreno. Entregó todo...
Entonces, Gimnasia, que hasta ahí solamente aterrorizaba con algún que otro bochazo para el Gigante Delorte, se aprovechó de semejante situación. Y de la nada concretó el empate. Y hasta pudo haberlo ganado en el suspiro...
Arsenal se plantó con un sistema flexible: cuando tenía la pelota mostró un 4-3-2-1, con Morales y Raymonda como organizadores. Pero sin la pelota, volvía al 4-4-1-2, con Morales recostado por la banda izquierda y el ex Instituto como media punta.
Gimnasia, con Lobos bien cercado, no tenía forma de progresar en el campo, al menos con claridad. Los del medio estuvieron más preocupados por destruir que por construir. Encima, a los laterales les faltó proyección.
Tres situaciones netas de gol generó el local por intermedio de pelotas paradas. La primera: a los 2 minutos, Tula cabeceó por encima del travesaño. La segunda: a los 23, córner de la derecha de Rodrigo Mannara, pirueta de Raymonda, frentazo de Santiago Hirsig, otro cabezazo de Esmerado que fue derechito a las manos de Navarro Montoya. Y la tercera esta vez fue la vencida: Silvio González, el niño mimado del sur que regresó luego de su experiencia europea, peinó un preciso tiro libre de Morales.
Tuvo otra clara: vino de una jugada aislada. Raymonda recibió la pelota de espaldas al arco lejos, muy lejos del área. Giró, y al no ver alguien con la camiseta con los mismo colores que él, se decidió: sacó un tremendo derechazo que pegó en el palo.
El inicio de la segunda etapa fue una continuidad de la primera. Arsenal, bien plantado en el fondo y con Esmerado y Hirsig multiplicando esfuerzos, lo tenía controlado. Pero de tan controlado que lo tenía, se confió. Lentamente el Lobo pareció despertarse. Sala controló un tiro de Vargas y otro de Lobos. Tula se lo sacó de cabeza a Delorte. El público platense —mucho por cierto— empujaba...
Gimnasia avanzó con ritmo sostenido. A puro empujón, aunque sin claridad. Quedó muy desprotegido atrás, como en esa jugada que Raymonda se perdió el segundo, el gol que hubiese asegurado la victoria. Pero suele pasar: los goles que no se hacen, se pagan... Y pasó nomás: Marcelo Goux cabeceó un rebote de San Esteban y marcó el empate y sobre el final pudo ganarlo Esteban González pero Darío Sala se lució... Hubiese sido demasiado premio para uno y un castigo aún mayor para otro.
Así les fue a los debutantes
ARSENAL
5
Darío Sala
Seguro bajo los tres palos. Pero inseguro en el juego aéreo.
4
Javier Yacuzzi
Flojito. Su tarea se fue desdibujando con el correr del partido.
5
Santiago Raymonda
Se movió bien pero le costó entrar en juego. Pegó un tiro en el palo.
La clave
Arsenal perdió el control del juego
Arsenal tenía el partido bien controladito. Con un planteo práctico, similar al de siempre, ganaba y manejaba todo. Pero por miedos propios y por el empuje de Gimnasia en Sarandí hubo repartos de puntos que en definitiva no dejó conforme a ninguno.
Arsenal tenía el partido bien controladito. Con un planteo práctico, similar al de siempre, ganaba y manejaba todo. Pero por miedos propios y por el empuje de Gimnasia en Sarandí hubo repartos de puntos que en definitiva no dejó conforme a ninguno.
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