RACING
20 DE MARZO
CLAUSURA 2004
FECHA 6
7000 PERSONAS
Arsenal 0
Independiente 0
20 DE MARZO
CLAUSURA 2004
FECHA 6
7000 PERSONAS
Arsenal 0
Independiente 0
El bostezo resultó tan redondo como el cero que anoche calificó a Arsenal y a Independiente. Y ese reparto de errores que dejó a los dos a la intemperie de un flaco empate, describe sus deslucidas realidades: los dirigidos por Jorge Burruchaga no consiguen recuperar esa senda confiable que hasta no hace mucho tiempo les permitía desentenderse de la tabla de los promedios, y el conjunto de Avellaneda tampoco corrige su marcha dubitativa por el Clausura y debe comenzar a conformarse únicamente con su sueño copero.
Sin jugar bien, con propuestas desprolijas y al parecer enfadados con una estética cuidada, de todos modos ambos conjuntos se encargaron durante la primera etapa de ofrecer varias situaciones de peligro. Eso, sólo eso, le otorgó un tinte entretenido a aquellos 45 minutos. En realidad, la compartida permeabilidad defensiva se constituyó en el elemento desestabilizador para invitar a las maniobras de riesgo. Porque las dos últimas líneas fallaron mucho y repartieron grietas. Varias maniobras frente a los arqueros se sucedieron luego de centros y pifias. Casi una fórmula sin solución para Arsenal e Independiente.
Los que no se equivocaron fueron los arqueros. En definitiva, los responsables de que las vallas se mantuvieran imperturbables hasta el entretiempo. El Mono Carlos Navarro Montoya salvó con el pecho una profunda proyección por la derecha de Adrián Romero y una media vuelta de José Luis Calderón. Mientras que Oscar Limia le tapó dos cabezazos al colombiano Jairo Castillo y también rechazó un remate cruzado de Damián Manso.
Los generados de fútbol prácticamente decepcionaron en ambas formaciones y cayeron en un alarmante estatismo. Apenas los altibajos de Manso y un activo Calderón intentaron contagiar a sus inoperantes compañeros. Sin virtudes propias, sólo los desaciertos del rival le imprimieron algo de emoción al encuentro.
La etapa final acentuó todo lo malo. Las equivocaciones se potenciaron, pero ahora casi no hubo maniobras inquietantes. Los arcos comenzaron a quedar muy lejos de las intenciones de Independiente y de Arsenal. Bajo un telón de opacidad se disputó la segunda etapa y entonces los protagonistas únicamente ofrecieron imprecisiones. En algunos casos, irritantes por cierto.
Los visitantes carecieron de una línea creíble y, pese a las sucesivas pruebas del DT José Pastoriza (por ejemplo, cambió a la pareja de ataque por Maximiliano Ayala y Christian Giménez), nunca aparecieron las soluciones. Ni el gol, para potenciar la sequía de los Rojos.
Arsenal empujó, luchó y hasta por momentos propuso un escenario de fricciones. Se sostuvo en el trajinar de Gastón Esmerado y siguió confiado en el olfato de Calderón. De todos modos tampoco rompió la monotonía, pero al menos obligó a Navarro Montoya a lucirse ante dos remates de Caruso y Calderón. Y no hubo más.




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