El blog lleva 2 años y medio de silencio, pero lo sucedido durante la tarde de hoy amerita ser comentado. Cuando reviso los últimos posteos que hice en 2010 y miro que en ese entonces el soñar con un campeonato parecía un exceso o una fantasía imposible de realizar, recién ahí caigo y comienzo a comprender la magnitud del logro conseguido hoy en Sarandí. Al menos uno de los deseos más intimos de quien escribe era que este día llegase alguna vez, siempre pensaba cuando miraba con envidia vueltas olímpicas de otros clubes (muchas de ellas delante del Arse) que iba a festejar con todo cuando al Viaducto le tocase POR FIN gritar CAMPEÓN.
Nada hacía presagiar que este mismo plantel, de una campaña irregular durante el Apertura 2011 y con una dura eliminación en la Sudamericana de ese año, iba a demostrar tanta valentía y fortaleza en esa etapa donde muchos otros equipos que tuvo el Arse fallaron, el "sprint" final de un campeonato, esas últimas fechas en que se decide la gloria o el fracaso de un proyecto futbolístico. Por eso se disfruta más, porque Arsenal demostró que con inteligencia y con mucha actitud siempre se puede a aspirar a más, que los límites de los sueños los pone cada uno, y que cuando las circunstancias son favorables hay que sacar partido de ello.
Me alegro por Gustavo Alfaro, un entrenador serio, humilde y laburante; en Arsenal encontró las mayores facilidades para trabajar tranquilo y cumplir los objetivos centrales de la temporada, que era sumar muchos puntos para evitar complicaciones con el descenso, además de intentar hacer un digno papel en las copas. Se clasificó inesperadamente a la Libertadores y aunque los resultados no acompañaron, la experiencia que se obtuvo en esos partidos fue fundamental para encarar la última parte de este Clausura, ya que se encontró la base del equipo con el eterno Campestrini, con Burdisso, Nervo y Licha López, con el histórico Jorge Ortiz en el medio y adelante la temible velocidad de Legui y Emilio Zelaya, además del aporte del colombiano Carbonero, fundamental en las fechas finales.
Nadie hubiese imaginado que en la fecha 4, allá por comienzos de Marzo, que el campeón del Clausura 2012 sería el Arse. El equipo no lograba convencer tras 3 empates y 1 derrota, y ya se sentía que los 3 frentes que encaraba (Copa Argentina, Copa Libertadores y Campeonato) pasarían la cuenta a final de temporada, tanto en lo anímico como en lo futbolístico. Por suerte para este plantel, el quedar eliminado rápido de las competencias coperas fue quizás lo mejor que pudo haber sucedido. Permitió a Gustavo Alfaro recuperar a sus mejores jugadores, aprovechar el rodaje de quienes habían sido titulares en la copa y tomar un segundo aire con el tema del promedio a partir de trabajados triunfos sobre Banfield y Godoy Cruz, este último en Mendoza.
La primera racha de triunfos (se venció consecutivamente a Tigre, All Boys y Olimpo) se cortó con duras caídas ante Unión y San Lorenzo, pero al contrario de épocas pasadas, aquello no significó el fin de los sueños por pelear arriba. El nuevo punto de inflexión se produjo en la fecha 13, cuando Arsenal demostró que podía sobreponerse a la presión y venció por 3 a 1 a Independiente, al mismo equipo que 7 semanas después le daría una mano para conseguir el título.
Cuando todos anunciaban la triple corona de Boca, Arsenal construía ladrillo por ladrillo su sueño. Vencía en San Juan 4 a 1, a Lanús 3 a 1 y a pesar de empatar inmerecidamente con Estudiantes un lunes por la tarde, la irregularidad de los demás equipos le permitía estar a tiro y mantener la ilusión intacta. Gustavo Alfaro apostó todo para lograr los 3 puntos ese viernes por la noche ante un siempre complicado Bicho de la Paternal y en un partido que tuvo de todo, pudo sacar la tarea adelante, 3 a 1, 32 puntos a 2 fechas del final y uno de diferencia con el puntero.
La tarde del domingo 17 de Junio del 2012 será un recuerdo imborrable en la historia de Arsenal; contra todo pronóstico jugó el mejor partido del campeonato en La Bombonera, ante los titulares del plantel más rico del fútbol argentino y dominó de principio a fin para conseguir un resultado que en otras épocas hubiese bastado para conformar a los hinchas, un 3 a 0 que dejaba al equipo con la primera opción para salir campeón, como nunca antes en la historia.
Personalmente creo que fue el partido donde se definió gran parte del título del Arse; a pesar de haber estado en igualdad de condiciones que Tigre, el Matador de Victoria terminó pagando caro el estar hasta último momento luchando por no caer en promoción y eso fue un factor importante en la definición del Clausura 2012.
Arsenal solo debía ratificar ante Belgrano que era el equipo más regular del campeonato, y con un partido sólido, sin contratiempos, en que Lisandro López apareció en el momento justo para marcar la diferencia necesaria y consagratoria, coronando un laburo serio por parte del cuerpo técnico, el plantel y el club.
Quien sabe, a lo mejor esto se repite en el futuro o para muchos de nosotros quizás sea la única vez que veamos al Arse campeón en lo que nos queda de vida. Por eso hay que festejarlo con todo, probablemente dentro de un tiempo comprendamos la enorme trascendencia de este campeonato, al menos cuando veo la tv o leo medios en Internet todavía estoy sorprendido y emocionado que al lado de la palabra ARSENAL, la que sigue es CAMPEÓN.
Eternas gracias a los jugadores, a Lechuga Alfaro y su cuerpo técnico, al club, a los hinchas de siempre y a los que durante estos 10 años de primera se han sumado (yo lo sigo desde 2001, el año de ese reducido perdido ante ¡Brown de Arrecifes!), felicidades para todos y mucho éxito, que nos podemos morir tranquilos...
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